Luego de la polémica nota de Marcelo Birmajer, centenares de cybernautas bajaron e imprimieron sus obras para luego quemarlas en forma de protesta.
Por su parte el autor se queja del pirateo de su obra, ya que "si quieren destruirla primero deberían comprarla o en caso de no conseguirla esperar a las grandes editoriales que se les cante el orto imprimirla" aunque "aún deben quedar muchas en los sótanos dado que nunca se vendió más de 100 ejemplares".
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