Volvió a la Argentina después de cinco años mi amigo J.W. Kilkenny, que vivió esta maravillosa ciudad de Buenos Aires en tiempos mejores. Después del largo diálogo me pregunta:
—¿Cómo se soporta esta Argentina? ¿Qué esperanza queda?
Le digo:
—La esperanza sería una dimensión psicológica. Todo se soporta porque todo se superará. Estamos en una desgracia surreal en la que hasta destruimos nuestra riqueza desde el Gobierno. Este país tiene la potencia de un tigre enjaulado por un idiota. Sólo espera saltar y correr, libre, fuerte, más allá de la runfla política.
jueves, 21 de octubre de 2010
Abel Posse y su "liberación del pueblo".
¿Se referirá a una revolución libertadora?
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