Diariamente se puede observar en la ciudad corredores, a veces ya sin su número, que van por los parques o calles. Pero hay un drama oculto tras esto, corredores que han perdido el circuito de su carrera y vagan por la ciudad al trote, con gesto austero.
Esta nueva moda de las carreras, maratones y otras razones muy valideras para correr durante tres horas tienen su lado trágico. Claro que las compañías que impulsan estas saludables maratones con la finalidad de reestructurar los lazos sociales y no de vender un par de zapatillas no tienen que hacerse cargo de ello. Estamos hablando de los corredores extraviados, estas personas que la finalidad de su vida es correr 42 kilómetros y en algún momento de su carrera pierden el rumbo y quedan a la deriva.
Por eso, el PRO ha presentado un grupo especial para la recuperación de estos seres de clase media que corren sin la necesidad de ser perseguidos por la policía. La UCEP (Ubicación de Corredores Extraviados o sea Perdidos) será la encargada de detectar, reubicar y reinsertar a la sociedad a estas personas que tanta vida le dan a la ciudad. Ayer por la tarde Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de gabinete del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, salió a desmentir que esta fuerza haya sido puesta en marcha "solo para reutilizar las camionetitas y los uniformes de la UCEP".
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